Leyenda de Eneas:

 

En realidad la toma de Troya se produjo históricamente por motivos comerciales dado que esta ciudad dominaba el comercio entre el mar Egeo y el mar Negro, Asia y Europa y ponía en una situación muy comprometida la expansión griega y sus colonias, pero la tradición y la leyenda homérica ganaron la partida y todos los autores clásicos utilizaron ésta como foco de la mayoría de los orígenes de ciudades, reinos y personas a fin de darles una entidad divina u homérica. En este caso, Virgilio (en tiempos de Augusto) y su obra La Eneida fue la encargada de darle el toque celestial a los orígenes de Roma.

Una alianza entre los griegos había conseguido destruir la ciudad de Troya debido a que Príamo había secuestrado a Helena y no la delvolvían. Tras la toma de Troya por los aqueos gracias al engaño del caballo o como otros autores sostienen por la traición de Antenor (Licofrón de Calcis en su libro Alexandra en el siglo III a.c. indica que la traición de Antenor fue la causa de la caída de Troya,  no el caballo de Ulises, y que éste y los Antenóridas tras navegar por el Mediterráneo hasta el Adriático, consiguieron desembarcar cerca de la desembocadura del Po y fundar la ciudad de Padua en Italia). 

 

En fin, según Virgilio, uno de los héroes troyanos, Eneas, hijo de Anquises y la diosa Venus, que había sido partidario de la paz y de devolver a Helena, tras conseguir escapar de la ciudad y refugiarse en la acrópolis fortificada, escapó o fue perdonado por los griegos y en compañía de su padre Anquises, de su hijo Ascanio o Iulo, de su esposa Creusa y de sus seguidores, con los objetos sagrados y el Paladión ( esculturas de sus dioses) que habían podido salvar del Capitolio de la ciudad se dirigieron a Macedonia, continuando por Sicilia y Cartago, y finalmente desembarcaron cerca de Laurentum, cinco kilómetros al sur de la desembocadura del río Tíber. En cuanto lo supo el rey Latino, dejó la lucha contra los rútulos y con su ejército se aproximó al lugar del desembarco para repeler la acción de los intrusos troyanos. Durante la noche los dioses se pusieron en contacto con ambos jefes a fin de evitar la lucha entre ambos pueblos y acordaron un tratado de amistad siendo Eneas invitado como huesped en casa del rey. Para afianzar la alianza le dio la mano de su hija Lavinia y Eneas y su pueblo, comprobando que el pueblo latino los admitía como amigos, fundaron una ciudad bautizándola con el nombre  de la mujer de Eneas, Lavinium a unos ocho kilómetros al sur del lugar de desembarco troyano de Laurentum . Más tarde tuvieron que luchar contra los rútulos comandados por Turno, que se había ofendido con el matrimonio de Lavinia ya que tenía aspiraciones sobre ella. Latino y su aliado Eneas vencen pero el rey muere quedando Eneas como líder de los troyanos y de los latinos.

Tras la muerte de Eneas, su hijo Iulo o Ascanio (del que la familia Julia decía descender y por ello César siempre reivindicaba su descendencia de la diosa Venus) funda una ciudad en el interior, a las faldas de los montes Albanos, en pleno centro del Lacio y al que ponen por nombre Alba Longa que se convierte en la capital de los latinos. Hoy día se supone la situación de Alba en el actual Castelgandolfo y las tumbas descubiertas en esta zona indican una antigüedad varias décads anterior a las encontradas en Roma:

 

Con esta leyenda los autores antiguos tienen que conectarla a la fundación de Roma y para ello debían intercalar tres siglos de reyes descendientes de Eneas puesto que la guerra de Troya estaba fechada sobre el 1180 a.c. y la fundación de Roma según las leyendas y tradiciones en el 753 a.c. Por ello estos autores de la época augusta, uniendo la leyenda a los pocos datos que disponían de autores anteriores, nos dan una serie de reyes albalonganos hasta llegar a Rómulo como fundador de la ciudad eterna.

 

Ya hemos indicado que Iulo (o Ascanio para otros) funda la ciudad de Alba Longa unos treinta años más tarde de la fundación de Lavinium. Los etruscos y el resto de los pueblos del entorno (volscos, sabinos, samnitas,..) tras la derrota de los rútulos de Turno y aliados etruscos de la ciudad de Cere al mando del rey Mecencio, se mantuvieron en paz y por ello, la fundación de Alba Longa y su posterior desarrollo se pudo realizar sin óbstáculos armados tras el tratado por el que los límites latinos se extendían hasta el río Tiber.

La tradición y leyenda que no es muy exacta al existir diferencias entre los autores sobre el nombre y cantidad de los sucesores de Iulo puesto que la lista de reyes albanos aparece por primera vez en autores de la época de Sila en el siglo I a.c. pero según la lista estudiada por Tito Livio prosigue con el hijo de Iulo, de nombre Silvio (procede de la palabra latina silua o bosque y por tanto nacido en el bosque), a continuación reina su hijo Eneas Silvio y a éste le sucede Latino Silvio que crea nuevas colonias latinas y a partir de este rey a todoslos sucesores de la ciudad de Alba les queda el apelativo Silvio.

Sigue su hijo Alba Silvio, sigue Atis, de éste pasa a Capis, sigue Cápeto, a éste le sigue Tiberino que se ahogó al cruzar el río llamado Álbula y desde entonces se llamará río Tiber. A Tiberino le sigue Agripa y a éste, Rómulo Silvio que por lo que parece fue alcanzado por un rayo y le sucede Aventino. Cuando éste muere, se le entierra en una colina cercana que posteriormente pertenecerá a la ciudad de Roma y se le da el nombre de colina Aventina en su honor. El rey que sucede a Aventino se llama Proca y es este rey el que tiene dos hijos, Númitor y Amulio. Al ser Numitor el mayor le cede el reino pero Amulio destrona a su hermano y se hace con el control.

Es aquí donde comienza la leyenda de la fundación de Roma que a continuación relatamos.