ETRUSCOS

 

Allá por el año 1.200 a.c. un pueblo que se autodenominaba  los rasenna, llamados tyrrenoi por los griegos (de ahí el nombre dado al Mar Tirreno entre Córcega, Cerdeña y la costa italiana) y que conocemos mejor como los etruscos, se asentaron en lo que hoy día en Italia es la Toscana ( los romanos les llamaron tusci y de ahí el nombre de Toscana) al norte de Roma, entre el río Tíber y el río Arno que pasa por Florencia y Pisa. Consolidaron su posición en los mismos pueblos villanovenses tal como la arqueología nos ha mostrado y alcanzaron un nivel de desarrollo y una civilización que muchos consideraron ésta como el milagro etrusco.

En los últimos trescientos años el origen de este pueblo se ha convertido en uno de los más grandes retos de los eruditos, y son varias las hipótesis que se barajan. La mayoría de los expertos, siguiendo los comentarios de los autores antiguos, creen que provenían del Asia Menor y más concretamente de Lidia o del interior de Europa (en lo que hoy es Suiza y el Tirol ( antiguamente la Retia), zona en la que se hablaba el etrusco tal como lo cuentan los clásicos y, tras rebasar los Alpes pudieron asentarse en Toscana). Dionisio de Halicarnaso considera a este pueblo autóctono y desmiente a Herodoto, que nos indica el origen lidio o meonio (reino de Lidia en Asia Menor) y cuenta que a causa del hambre en este reino, uno de los dos hijos del rey Atis, Tirreno, como guía de una parte del pueblo lidio, emigraron hacia Occidente hasta llegar a lo que hoy es la Toscana donde se asentaron formando la nación etrusca, Tucídides acepta una relación entre los piratas lidios y los etruscos como pertenecientes al pueblo pelasgo, nómadas que desde lo que hoy es Yugoeslavia y vía marítima se extendieron por algunas zonas bañadas por el mar Adriático. Si hemos de ser sinceros, el origen de los etruscos es desconocido por lo que todo son hipótesis que no se podrán dilucidar, posiblemente hasta que se consiga descifrar la gran cantidad de inscripciones etruscas que siguen sin poder ser interpretadas.

El hecho de que uno de los posibles orígenes de este pueblo pudiera ser el Oriente Próximo (Lidia) viene avalado por el estudio de la escritura etrusca. Ésta era similar a la de las razas semíticas, con escritura de derecha a izquierda, omisión de vocales breves y duplicación de consonantes. Esto lo podemos comprobar en una de las pocas inscripciones traducidas de los etruscos, se trata de las tablas de Igubio, llamadas Tablas Eugubinas, decretos sacerdotales que datan del siglo II o I a.c. y escritas en latín y etrusco.

 

Ehvelklu feia frateks ute kvestur pauta muta adfertoi si, pauta muta fratru attiediu mestru karu pure ulu benurent.....

Pero en definitiva, aunque desconozcamos el origen de los etruscos, indoeuropeos o asiáticos, fue en la península italiana donde comenzaron, desarrollaron y dieron a conocer su civilización a los pueblos vecinos de Italia. La presencia de los etruscos se extendió por casi toda Italia, desde los Alpes hasta el Tiber y Campania, e incluso su área de dominio en los primeros tiempos de conquista, si hacemos caso a lo indicado por Tito Livio y Catón, hasta el estrecho de Mesina ( entre la costa italiana y Sicilia). En esta época de conquistas, allá por el 800 a.c., comenzaron a dominar la zona comprendida entre el Tiber y el Arno y a partir del siglo VI a.c. la Campania y atravesando los Apeninos, todo el valle del Po. Los griegos aún estaban en los comienzos  de su colonización del sur de Italia y aún no se había establecido una fuerte rivalidad.

Siguieron la modalidad griega de ciudades-estado, edificadas en el interior de la península itálica y poco a poco la rivalidad entre estas ciudades a pesar de las coaliciones federativas de las dodecápolis,  provocó su debilidad aprovechada más tarde por los romanos, que pudieron dominarles ciudad a ciudad, al no poder aliarse y crear un frente fuerte y común. Poco a poco, se fue perdiendo este vínculo de unión y cada ciudad comenzó a arreglar y tratar sus diferencias o contiendas fronterizas de forma particular, pues parecía imprudente empeñar a toda Etruria en la defensa de uno solo de sus pueblos.

Mientras los etruscos estaban instalados en la mitad norte de Italia, otros pueblos avanzados, penetraban desde Oriente. Los fenicios, procedentes de lo que hoy es el Líbano, eran grandes comerciantes y colonizadores, y habían establecido asentamientos comerciales a lo largo de todas las riberas del Mediterráneo. De todas las colonias que fundaron en la costa africana, una de ellas en el 814 a.c.a la que llamaron Cartago, situada cerca de la actual ciudad de Túnez, con el tiempo se convertiría en el mayor enemigo de Roma.

En Grecia, se estaba creando una gran civilización y las diferentes ciudades-estado de ésta, comenzaban a colonizar todo el Mediterráneo a causa de la pobreza de sus tierras. Los calcidios (su ciudad era Calcis en la península calcídica ) fueron los primeros que colonizaron Sicilia e Italia a fin de asegurarse el suministro de metales procedente de la isla de Elba, siguiéndoles a continuación los peloponesios, megarenses, corintios y jonios.

Todo el Sur de Italia y la isla de Sicilia conocieron los primeros asentamientos, entre ellos los más importantes serían Cumas en la Campania sobre el 770 a.c., Siracusa en Sicilia en el 734 a.c. y Tarento en la parte sur de la bota italiana en el 707 a.c.. En cien años, todo el sur de Italia sería la parte más floreciente de Italia y posteriormente conocida como la Magna Grecia.

Antes de seguir adelante con el resumen histórico es conveniente hacer mención a uno de los pocos textos antiguos que hablan sobre el pueblo etrusco. Diodoro fue un griego de Sicilia que vivió en época de Augusto (siglo I a.c.) y hace referencia a un escrito realizado por Posidonio de Apamea. Este filósofo y diplomático de la isla de Rodas fue a Roma sobre el año 86-87 a.c. para negociar algún asunto (posiblemente de esclavos ya que Rodas era el centro de este mercado o bien por temas navieros). Como estas negociaciones fueron largas, tuvo tiempo de estudiar a los etruscos y escribir un breve resumen de éstos:

"It remains for us now to speak of the Tyrrhenians. This people, excelling as they did in manly vigour, in ancient times possessed great territory and founded many notable cities. Likewise, because they also availed themselves of powerful naval forces and were masters of the sea over a long period, they caused the sea along Italy to be named Tyrrhenian after them; and because they also perfected the organization of land forces, they were the inventors of the salpinx, as it is called, a discovery of the greatest usefulness for war and named after them the "Tyrrhenian trumpet." They were also the authors of that dignity which surrounds rulers, providing their rulers with lictors and an ivory stool57 and a toga with a purple band; and in connection with their houses they invented the peristyle,58 a useful device for avoiding the confusion connected with the attending throngs; and these things were adopted for the most part by the Romans, who added to their embellishment and transferred them to their own political institutions. Letters, and the teaching about Nature and the gods they also brought to greater perfection, and they elaborated the art of divination by thunder and lightning more than all other men; and it is for this reason that the people59 who rule practically the entire inhabited world show honour to these men even to this day and employ them as interpreters of the omens of Zeus as they appear in thunder and lightning.

The land the Tyrrhenians inhabit bears every crop, and from the intensive cultivation of it they enjoy no lack of fruits, not only sufficient for their sustenance but contributing to abundant enjoyment and luxury. For example, twice each day they spread costly tables and upon them everything that is appropriate to excessive luxury, providing gay-coloured couches and having ready at hand a multitude of silver drinking-cups of every description and servants-in‑waiting in no small number; and these attendants are some of them of exceeding comeliness and others are arrayed in clothing more costly than befits the station of a slave. Their dwellings are of every description and of individuality, those not only of their magistrates but of the majority of the free men as well. And, speaking generally, they have now renounced the spirit which was emulated by their forebears from ancient times, and passing their lives as they do in drinking-bouts and unmanly amusements, it is easily understood how they have lost the glory in warfare which their fathers possessed.

Not the least of the things which have contributed to their luxury is the fertility of the land; for since it bears every product of the soil and is altogether fertile, the Tyrrhenians lay up great stores of every kind of fruit. In general, indeed, Tyrrhenia, being altogether fertile, lies in extended open fields and is traversed at intervals by areas which rise up like hills and yet are fit for tillage; and it enjoys moderate rainfall not only in the winter season but in the summer as well".

tomado de: https://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Diodorus_Siculus/5B*.html

Traducción:" Se caracterizaban por su valentía, y conquistaron o poseyeron un gran país y fundaron muchas ciudades importantes. Eran grandes en el arte de la navegación y fueron los dueños del mar que se extiende a lo largo de su costa, el mar Tirreno, igual que ellos. Desarrollaron la infantería e inventaron la trompeta, que es extraordinariamente importante para la guerra y a la que llaman tirrena por ellos. Introdujeron las condecoraciones de los generales y asignaron a los jefes lictores la silla plegable de marfil ( silla curul de los cónsules romanos) y la toga con banda púrpura (la toga pretexta romana). En las casas idearon el peristilo contra el ruido de la servidumbre, una cosa muy útil. Los romanos tomaron de ellos la mayoría de las cosas, las imitaron y las mejoraron para su propia civilización.

Desarrollaron las ciencias, la retórica y la teología, y fueron los hombres que más estudiaron los conocimientos sobre ceraunomancia (observación de los rayos). Por ello, los que hoy gobiernan casi todo el orbe admiran a esos hombres y se sirven de ellos como intérpretes de los signos que dan los dioses con los rayos.

Como pueblan y cultivan una tierra muy fértil, tienen gran cantidad de frutos, que no solo bastan para el sustento diario, sino que también permiten el despilfarro en placeres de la mesa y en comilonas. Y es que se hacen servir dos veces al día mesas suculentas y todo lo que significa lujoso. Se instalan lechos de flores y tienen todo tipo de vasos  y copas de plata y una cifra no pequeña de servidores. De estos, unos se distinguen por su belleza y los otros van adornados con vestidos mucho más elegantes de lo que corresponde a la situación de los esclavos.

En general, han perdido parte de la fuerza etrenada desde antiguo, viven en orgías y con una frivolidad nada viril, y no sin razón, han perdido la fama guerrera de sus padres." (traducción de Friedlhelm Prayon en el libro "Los etuscos" ).

Los etruscos no constituyeron un estado único ya que sus ciudades disponían de una casi total autonomía y formaban ligas de doce ciudades (dodecápolis como las de Campania que eran Vulturno luego llamada Capua, Nola, Acera, Pompeya, Herculano, Nocera, Calatia, Teano, Cales, Suersa, Esernia y Atella), reunidas por lazos de federación, y en circunstancias especiales o fiestas nacionales o religiosas, se congregaban bajo la presidencia de un sumo pontífice máximo ( en la federación de Campania se reunían en el templo de Vulturno, cerca del lago Volsena para tratar temas e intereses comunes, como elegir un líder militar, al que ayudaban 12 lictores, uno de cada ciudad, con sus varas o fasces terminadas en un hacha). Cada una de esas doce ciudades poseía una extensión de terreno muy amplia e imponía sus derechos políticos sobre las aldeas y villas de su entorno. En estas ciudades dominaba el orden sacerdotal de los lucumones, éstos pertenecían a las familias patricias de mayor abolengo y actuaban como guías espirituales, ostentando el poder político, religioso y científico de la ciudad.

La mayor riqueza y posiblemente base de su gran expansión  se debió a la metalurgia gracias a las minas de hierro y cobre existentes en la isla de Elba y la industria metalúrgica de la zona comprendida entre las ciudades de Populonia y Vetulonia en la costa septentrional de la Italia etrusca. Conocemos la cultura y el grado de civilización de este pueblo, gracias a las excavaciones realizadas en los últimos trescientos años, que era muy superior a lo que existía en toda la parte norte de Italia. El nombre se transmitía por línea materna por lo que hasta hace poco se pensaba que su sociedad era matriarcal, pero hoy día los más eminentes etruscólogos se decantan por una sociedad de tipo oligárquico en la que la mujer desempeñaba un papel importante gozando de una libertad desconocida en otras culturas de la época. Dominaban la ingeniería y la arquitectura, y además era un pueblo sumamente religioso como lo confirman sus tumbas y las prácticas religiosas y sociales que fueron luego introducidas por los romanos como suyas. Disponían de ciudades excelentemente edificadas y edificios sólidos en los que aplicaban el arco.

 

Tras las tensiones producidas con los griegos, en el siglo VI a.c. y aliados de los cartagineses en la batalla naval de Alalia en Córcega, de la que solo sale beneficiada Cartago, y la derrota naval de Cumas ( en la costa de Campania a la altura de la Nápoles actual) contra la ciudad griega de Siracusa ( Sicilia) comienza la recesión y el declive etrusco. Con la entrada de los samnitas y sabinos en Campania y los galos en el valle del Po, a finales del siglo V a.c., los etruscos solo conservaban la Toscana y la ciudad de Bolonia en el Po. Más tarde, las pérdidas de Veyes y Ceres a manos de los romanos, de Clusium por los galos y otras ciudades menores no sirvieron de lección y poco a poco, resignada a permanecer bajo la hegemonía de Roma por el Sur y de los galos por el Norte, aparte del levantamiento junto con los samnitas que acabó en derrota, crean una situación de clara recesión irreversible de su sociedad,(los arúspices o augures etruscos habían predicho según los cálculos de su teología astronómica que el mundo actual no iba a durar mas que ocho veces 1100 años y el fin estaba próximo) y se resignó a vivir sin lucha pero manteniendo el lujo y el amor por las artes, intentando distraerse de la pérdida de su libertad, adornando sus ciudades y sus necrópolis.

Este pueblo desempeñó posiblemente el papel más importante en la futura civilización que se iba a gestar, no por las ideas ya que no dio nada al pensamiento humano, sino por su concepción utilitaria de la vida y la influencia que ejerció en los romanos. Su doctrina

augural e interpretación de los signos que anunciaban el deseo de los dioses era interpretada por los arúspices o augures que adivinaban la voluntad de los dioses a través de víceras de animales, de los truenos y los relámpagos ( la credibilidad de los augures fue enorme, y hasta se cuenta que ya en pleno siglo V d.c. y ante la inminente amenaza de los ejércitos de Atila sobre la ciudad de Roma, el senado romano pidió consejo a los arúspices de origen etrusco que existían todavía). Era un pueblo fundamentalmente religioso como se prueba por las necrópolis halladas con panteones impresionantes por la riqueza de las tumbas con gran cantidad de muebles y objetos ornamentales a fin de que el muerto pudiera disfrutarlos en la ultratumba. Sus dioses más importantes, aparte de Vultumnus, que se representaba según la estación meteorológica, estaba formada por tríadas, una de ellas  la formada por Tinia, Uni y

Menrva, antecedentes del Júpiter, Juno y Minerva romanos. La excelente artesanía, sus aficiones por las carreras de caballos y combates de atletas, la maciza arquitectura y la utilización de bóvedas, túneles para los desagües, el saneamiento de los campos, las casas y villas con su atrium e impluvium ( del atrio romano vinieron el patio de los españoles y árabes, y el claustro católico), la división en tribus, curias y centurias, el orden de batalla, los ornamentos de los magistrados, la laticlava, la pretexta, la toga, el ápex o tocado de los flamines y sacerdotes, las sillas curules, los lictores, las fasces, todo el aparato de los triunfos y juegos públicos, las nundinas( días de mercado y nundinae los ocho días de la semana), el carácter sagrado de la propiedad y la ciencia augural y una gran cantidad de costumbres fueron absorbidas por Roma que hicieron de los romanos el pueblo más formalista de la época.

Como final, indicar posiblemente una de las mayores cualidades de este pueblo, aparte de todo lo que transmitieron a Roma como antes hemos indicado. Quien haya visto las necrópolis etruscas como por ejemplo las de Cerveteri y las tumbas y murales de Tarquinia, seguro que ha sentido una sensación plácida pese a estar bajo tierra, no se siente agobio y notas un encanto y armonía con la naturaleza que llama la atención a los visitantes, El que no haya visitado éstas, recuerde estas palabras cuando las visite. El pueblo etrusco no creía en el más allá con infiernos y purgatorios. Para ellos la muerte era una continuación alegre de la vida, y en definitiva, un pueblo de espontánea naturalidad y con una gran exaltación de la vida. D. H. Lawrence, después de visitar Cerveteri y Tarquinia comprobó esta paz natural y lo escribió en su obra Etruscan Places.

En estas circunstancias, con los etruscos dominando el norte y centro de Italia, los griegos en el sur y algo más lejos, en el norte de África, Cartago comenzando a expandirse por las costas occidentales del Mediterráneo, se fundó Roma, según la tradición, el año 753 a.c. en una zona habitada por tribus latinas, samnitas, volscas y  sabinas.