LOS PRIMEROS SIGLOS DE ROMA (LA REALIDAD)
RESUMEN DE LA MONARQUÍA ROMANA :
La tradición y las leyendas que nos han llegado a nosotros por muy diferentes vías ya hemos comentado que se realizaron en tiempos muy posteriores por autores de origen griego o romanos influenciados por la cultura griega y en su afán de darle un carácter divino y espectacular, y agradar al emperador de turno, éstos no dudaron en utilizar todo tipo de nuevas leyendas o bien romanizar algunas antiguas ya escritas ( por Homero, Herodoto,etc..).
Con los datos que disponemos de estos autores clásicos, tanto analistas como historiadores, archivos y diversas documentaciones y los datos arqueológicos modernos que se han descubierto podemos esbozar estas primeras etapas de la historia de Roma, eso sí, estableciendo a grandes rasgos las costumbres y los hechos acaecidos que presuponemos reales.
Ya hemos comentado los orígenes de la ciudad pero ahora esbozaremos aquellos datos que creemos fidedignos en esta etapa monárquica que abarca desde Rómulo al último Tarquino, unos doscientos cuarenta años en los que el carácter romano se formó y la mayoría de las costumbres, leyes y tradiciones que se enraizaron en la vida de nuestros efímeros antepasados.
Los historiadores del pasado nos han indicado el nombre de siete reyes y los expertos actuales coinciden en separar a los cuatro primeros como una dinastía latino-sabina y a los tres últimos como la dinastía etrusca si es que solo hubo siete reyes porque nos cuenta Catón que hubo un personaje llamado Mecenio que gobernó Roma y era rey de la ciudad etrusca de Ceres. Sean seis o siete los reyes o gobernantes de Roma en el etapa monárquica, esta clasificación parece razonablemente histórica y nos permite dibujar una primera fase en la que el reinado de estos reyes latino-sabinos, Rómulo como mítico fundador, Numa Pompilio, Tulo Hostilio y Anco Marcio, se caracteriza por el gobierno agrario en la que la ganadería y el cultivo son las únicas riquezas del estado y por la aparición de las bases religiosas o sacrales, la organización familiar y política a partir de las gens y del senado o consejo real de los padres de la patria y la creación de un incipiente ejército que pasa de ser una simple horda de soldados guiados por un rey a una milicia escogida por tribus y de ámbito gentilicio y una caballería compuesta por los primeros caballeros o celeres y posteriormente una nueva organización en curias que dará al ejército cien soldados o pedites por curia distribuídos en tres unidades de mil infantes comandadas por un tribunus militum y la ayuda de dos lugartenientes del rey, el magister populi para la infantería y el magister equitum para la caballería que dará lugar con el tiempo a una fuerza conquistadora de toda Europa.
En este periodo en el que coexisten todavía tres pueblos diferenciados, latinos, sabinos y etruscos venerando a distintos dioses, alguno de estos reyes, la tradición nos señala a Numa Pompilio como el artífice de poner orden a la anarquía religiosa afirmándose poco a poco una cultura religiosa tanto en el culto público como el privado ( los Lares y Penates, los Manes y los dioses menores sin forma, numen) y la base de los auspicia y augures como figuras centrales de ésta y en la que Júpiter se convierte en la divivnidad suprema. El rey casi se limita a cumplir como pontifex maximus puesto que Roma aún es una pequeña ciudad eminentemente agrícola siendo seguramente sus reyes propietarios de tierras que diariamente cuidan de sus cultivos (en esta época la esclavitud era casi inexistente) y como trabajo añadido el gobierno de la ciudad contando con el consejo de los patres o senado. Tal como indica Indro Montanelli en su Historia de Roma, a estos reyes se les debería haber llamado Papas o Sumos Sacerdotes. Es en estos tiempos en los que el término pecunia aparece con el significado de posesión de ganado y que con el tiempo pasará a significar simplemente riqueza.
Conforme va creciendo la ciudad y su importancia económica, el rey ya no puede ejercer todas sus obligaciones y necesita delegar en otras personas funciones legislativas, religiosas y censuales que constituyen un Consejo o Senado. Para estos cometidos es necesario que sean competentes e instruídos y son elegidos los descendientes de aquellos pioneros que fundaron la ciudad, estableciéndose una organización aristocrática. Los patres que conforman este Senado se encargan también del interregnum que se produce en los intervalos entre la muerte del rey y la elección del siguiente y se va desarrollando la estructuración del estado con las divisiones de la población en tribus y curias (comitia curiata) fortaleciendo a las clases altas o gentilicias.
Cuando muere el último rey sabino-latino Anco Marcio, se produce un cambio drástico en Roma, y se asienta una nueva reordenación más de acorde a lo que entendemos por ciudad-estado. El Senado y las clases patricias pierden poder y su papel relevante en el gobierno, pasando a ser meros servidores del rey y comienza la ascensión de un grupo comerciante y de mercaderes. Dada la posición geográfica de Roma comienzan a fluir por la ciudad las primeras actividades comerciales ganaderas y agrícolas importantes, la sal procedente de las salinas en la desembocadura del río Tíber tiene que pasar por Roma, manufacturas etruscas se fabrican, se exportan y llegan las importaciones de productos griegos y fenicios y se comienza a utilizar el bronce como intercambio (aes rude).
La tradición fue antietrusca e intentó disfrazar la dominación extranjera en Roma pero si nos atenemos a los descubrimientos realizados y los estudios de los arqueólogos e historiadores actuales, Roma no pasó a tener un régimen tiránico muy diferente de la que había tenido. La mayoría de los eruditos en estas materias se inclina a pensar que Roma cayó, en esta época denominada monarquía etrusca, bajo el dominio etrusco aún poderoso en estos tiempos ( posiblemente cayó en la esfera dominante de la ciudad etrusca de Clusium o de Veii) y ello dio pie a la entrada de mercaderes y comerciantes etruscos que culminó en una sociedad mucho más organizada y que elevó a Roma a primera potencia de la zona. Es en esta época en la que Roma se transforma de una ciudad agraria en una potencia económica y militar.
Una de las consecuencias materiales de esta dominación etrusca fue la urbanización de la ciudad que de ser un asentamiento aldeano de índole agrícola, en cien años se transforma gracias a una excelente planificación, en una ciudad con canalizaciones que hacen posible el desarrollo del valle entre las colinas Palatina, Celio y Viminal y organizándose la ciudad en torno al Foro, edificaciones de gran calidad y una gran serie de costumbres y conceptos etruscos que se absorbieron y se hicieron propios de los romanos y sobre todo, un gran desarrollo de las instituciones políticas y sociales, entre ellas la nueva constitución serviana y una nueva organización del ejército en centurias.
En esta etapa monárquica, suponemos que a principios del siglo VI a.c., se introdujo en el Lacio la escritura, pero de cuyo origen hay dudas ya que se pudo tomar de los etruscos o de las colonias griegas más avanzadas del Sur de la bota italiana.
Durante este dominio etrusco, el ager Romanus o territorio perteneciente a la ciudad pasa a ser de unos 700-800 kilómetros cuadrados ( unos 30 kilómetros de circunferencia) y una población que superaba los veinte mil habitantes al sur del Tíber ya que el norte pertenecía a la ciudad etrusca de Veii o Veyes, y superior a cualquier ciudad latina pero inferior a las grandes ciudades etruscas de la época, perdiendo la mayor parte de sus territorios en los primeros tiempos de la República y que tendrán que ser nuevamente conquistados a partir del 500 a.c..
Cómo se produjo el fin de la monarquía etrusca y la instauración de la república se desconoce en realidad pero parece probable que los patricios, que habían perdido gran parte de su poder, lograran la expulsión de los reyes etruscos y crearan la república para controlar la ciudad. Pensemos que en esta época el poder etrusco en Italia comienza a declinar tras el fracaso en su expansión por el Sur en Campania y la posterior derrota sufrida en Cumas por los griegos de Siracusa. De todas formas es mucho más poética y más conocida tal como nos la cuenta la tradición, adornada con todo tipo de historias que se han hecho populares a lo largo de los siglos.